sábado, 10 de agosto de 2013

POLÍTICA CULTURAL EN LA CIUDAD



Esta semana el Gobierno de la Ciudad clausuró otros dos espacios culturales: la Casa de la Cultura Compadres del Horizonte y San Nicolás Social y Cultural. Sólo dos muestras de qué cultura quiere el macrismo. ¿Qué política cultural tiene el PRO?

Conferencia de prensa durante el "Clausurazo" el miércoles 07 de agosto frente al Ministeria de Cultura de CABA


Compadres lleva 10 años trabajando en pos de fomentar la cultura popular, brindando apoyo escolar, talleres artísticos y capacitación en oficios de manera gratuita y colectiva. El domingo 4 de agosto fue víctima de una segunda clausura (la primera fue hace siete años). “Nosotros no estamos encuadrados bajo ninguna figura legal”, dijo Juan de Compadres en el Clausurazo que se realizó este miércoles. Y agregó: “Entendemos esta clausura ilegal ya que no existe ninguna razón porque no somos locales comerciales sino que somos centros culturales autónomos, espacios que desarrollamos un verdadera cultura popular”.
Estos cierres lejos de ser hechos aislados se enmarcan en una política general del macrismo que apuesta a una cultura mercantil y a limitar los espacios donde pueda desarrollarse la cultura popular de manera colectiva, tanto privados como públicos.
“Hay un desinterés del Gobierno de la Ciudad –que apunta a una política cultural privatista- para con el Programa Cultural en Barrios que se manifiesta en la escasez de recursos”, dijo María Sol Copley, delegada general de ATE por el Programa Cultural en Barrios . Y agregó: “Nosotros cobramos salarios miserables, mucho menos incluso de lo que cobra un docente de educación no formal, no se nos reconoce antigüedad, no tenemos estatuto. Aún así los profesores somos los que sostenemos estos espacios porque nos damos cuenta que son lugares imprescindibles para la gente del barrio que no puede acceder a esa cultura. Hay un interés privatista y elitista en el Gobierno de la Ciudad que hace que esto lugares funcionen al margen de sus políticas”.
El Programa Cultural en Barrios tiene 25 años funcionando en la Ciudad de Buenos Aires. Se brindan 1200 talleres artísticos y recreativos, en 36 centros culturales (un noventa por ciento de ellos son escuelas públicas que se utilizan como centros culturales por la tarde y noche). Los docentes que trabajan en este programa estuvieron 5 meses sin cobrar durante el año pasado. Los trabajadores denuncian que el gobierno de Macri tiene una clara intención de vaciar y desmantelar este programa.
Los megaeventos comerciales parece ser una de las grandes a puestas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a nivel cultural. Un claro ejemplo lo dio con la entrega del Parque de la ciudad - un predio de 180 mil metros cuadrados en el barrio de Lugano-  a la empresa Dream Factory que lo explotará comercialmente en 2014 con el Rock in Rio.

UNA POLÍTICA SISTEMÁTICA
El abandono de la cultura popular y el desprecio hacia las organizaciones de base que intentan desarrollar una cultura contrahegemónica en la ciudad queda en evidencia de forma violenta. Una violencia en muchos casos literal. Un ejemplo de esto fue el desalojo de La Huerta Orgázmica en 2009. De madrugada, la policía Metropolitana con la compañía de la cuestionada UCEP (Unidad de Control del Espacio Público) ingresó al terreno ubicado en los márgenes de la vías de tren, en el barrio de Caballito y con topadora incluía destruyeron el trabajo que a la organización le llevó años. Al día siguiente, mientras los integrantes de la huerta reclamaban frente al Centro de Gestión número 6 fueron reprimidos y detenidos.
El mismo año y con una metodología parecida, la  Policía Metropolitana ingresó sin orden de desalojo en el Centro Cultural Almagro. El hecho terminó con militantes universitarios y de organizaciones de base heridos y detenidos.
Durante este año y ya con una aparato represivo institucionalizado como la policía metropolitana, vivimos tres de los hechos repudiables: la represiones en Parque Centenario, Sala Alberdi –en este caso incluso con balas de plomo- y el hospital Borda.
Estas fuerzas de seguridad, sí son un punto neurálgico en la política de Macri. Quizá por esta razón, el gobierno de la ciudad decidió construir una sede de la metropolítana en el espacio donde funciona Puerto Pibes un programa recreativo para adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Los docentes y alumnos de Puerto Pibes debieron recorrer un largo camino de lucha para conseguir que la Policía Metropolitana abandonara el predio que tienen destinado en Parque Norte.
Otro caso es el de las Bibliotecas Populares de la Ciudad de Buenos Aires, que se encuentran protegidas por la Ley 2035, de Protección, Desarrollo y Fomento de las Bibliotecas Populares.  La misma, exige al estado la entrega de subsidios para asegurar su subsistencia. Durante el año pasado estuvieron más de ocho meses sin recibir  un solo desembolso. Desde la  Federación de Bibliotecas populares porteñas explicaron que este incumplimiento afectó entre otras cosas a los sueldos de los trabajadores.

¿QUÉ CULTURA?
El Teatro Colón fue reinaugurado en mayo de 2010 con un evento colmado de personajes de la televisión y la farándula en general. Casi cuatro años demoraron las obras para restaurarlo, con un costo millonario. Sin embargo, sus trabajadores estuvieron la primer mitad del 2009 en conflicto por despidos.
“Mantenemos la dinámica de la propuesta de cultura que va en sintonía con la reinauguración del Teatro Colón, de los festivales de tango y del BAFICI”, dijo Macri al inaugurar La Usina de las  Artes en La Boca. Su nuevo espacio cultural tendrá una inversión total de 100 millones de pesos y está inserto en los márgenes de uno de los barrios más pobres de la ciudad. Hasta el momento, se utiliza para grandes cenas y almuerzos protocolares del gobierno de la ciudad y fue sede del Mundial y del Festival Internacional de Tago. Se realizan espectáculos pero los talleres, brillan por su ausencia.
“Los centros culturales en los que funcionan los talleres son lugares muy precarios. El gobierno no pone ningún tipo de presupuesto para los materiales, colchonetas, equipos de música, pinturas, instrumentos, etc. Se le pide a la gente una colaboración para poder solventar esos gastos. La verdad es que se nos complica muchísimo nuestra tarea”, dijo María Sol Copley acerca de la política cultural del Gobierno de la Ciudad.
La lista de cierres, quita de subsidios y desalojos de espacios culturales en la ciudad continúa y es suficiente para entender la organización de artistas y vecinos en defensa de espacios públicos. La Sala Alberdi es un ejemplo de lucha y organización, de apertura e inclusión, que durante más de dos años de toma convocó a sumarse a la experiencia autogestiva e hizo todo lo posible por mantener ese espacio. Asambleas como las del Parque Centenario y Lezama que defienden el espacio público, como lugar de desarrollo de la cultura popular, continúan hoy aún con la misma forma de organización horizontal, apostando a experiencias de democracia directa.

Distintos artistas se hicieron presentes en el Clausurazo